viernes, 27 de junio de 2025

El Corazón de Cristo

 

El Corazón de Cristo es la sede universal de la comunión con Dios Padre, es la sede del Espíritu Santo. Para conocer a Dios, es preciso conocer a Jesús y vivir en sintonía con su Corazón, amando, como él, a Dios y al prójimo.

 

(de la Audiencia General del Papa Juan Pablo II 8de junio de 1994)

miércoles, 25 de junio de 2025

Mision de la Iglesia europea : avivar la fe en la Trinidad

 

La Iglesia « no posee título alguno para expresar preferencias por una u otra solución institucional o constitucional » de Europa y coherentemente, por tanto, quiere respetar la legítima autonomía del orden civil.(34) Sin embargo, tiene la misión de avivar en los cristianos de Europa la fe en la Trinidad, sabiendo que esta fe es precursora de auténtica esperanza para el Continente.

Muchos de los grandes paradigmas de referencia antes indicados, que son la base de la civilización europea, hunden sus raíces últimas en la fe trinitaria. Ésta contiene un extraordinario potencial espiritual, cultural y ético, capaz, entre otras cosas, de iluminar algunas grandes cuestiones que hoy se debaten en Europa, como la disgregación social y la pérdida de una referencia que dé sentido a la vida y a la historia. De ello se desprende la necesidad de una renovada meditación teológica, espiritual y pastoral sobre el misterio trinitario.

(de la Exhortacion Apostolica del Papa Juan PabloII Ecclesia in Europa)

Alerta de Juan Pablo II al continente europeo.

 

En el Continente europeo no faltan ciertamente símbolos prestigiosos de la presencia cristiana, pero éstos, con el lento y progresivo avance del laicismo, corren el riesgo de convertirse en mero vestigio del pasado. Muchos ya no logran integrar el mensaje evangélico en la experiencia cotidiana; aumenta la dificultad de vivir la propia fe en Jesús en un contexto social y cultural en que el proyecto de vida cristiano se ve continuamente desdeñado y amenazado; en muchos ambientes públicos es más fácil declararse agnóstico que creyente; se tiene la impresión de que lo obvio es no creer, mientras que creer requiere una legitimación social que no es indiscutible ni puede darse por descontada.

Esta pérdida de la memoria cristiana va unida a un cierto miedo en afrontar el futuro. La imagen del porvenir que se propone resulta a menudo vaga e incierta. Del futuro se tiene más temor que deseo. Lo demuestran, entre otros signos preocupantes, el vacío interior que atenaza a muchas personas y la pérdida del sentido de la vida. 

(de la Exhortacion Apostolica del Papa Juan PabloII Ecclesia in Europa)

lunes, 23 de junio de 2025

A los apostoles del tercer mileno

 

Queridos apóstoles del tercer milenio, ¡cuán vasto y complejo es el campo de acción que se abre ante vosotros! En la era de la globalización es preciso "globalizar" la solidaridad y el amor, para que llegue a todas partes el mensaje liberador del Evangelio. Esto conlleva a menudo ir contra corriente, ser incomprendidos e, incluso, marginados. Pero es indispensable seguir siendo coherentes con los propios principios y fieles a Cristo y a la Iglesia.

(del Discurso del Papa Juan Pablo II a losmiembros del Servicio Misionero Juvenil – arsenal de la Paz, de Turin, Italia –22 de diciembre de 2000)

viernes, 20 de junio de 2025

«Iglesia santa, glorifica a tu Señor» - Solemnidad de Corpus Christi

 

«Glorifica al Señor, Jerusalén; / alaba a tu Dios, Sión, / que ha reforzado los cerrojos de tus puertas / y ha bendecido a tus hijos dentro de ti» (Sal 147, 12-13).

La Iglesia creció desde Jerusalén y en lo más profundo de su corazón trae esta invitación a glorificar al Dios viviente. Hoy desea responder a esta invitación de modo particular. Este día —jueves después del domingo de la Santísima Trinidad — se celebra la solemnidad del Corpus Domini: del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

La Iglesia creció desde la Jerusalén de la Antigua Alianza como Cuerpo bien compacto en unidad mediante la Eucaristía. «El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan» (1 Cor 17).

«Y el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo?» (1 Cor 10, 16).

«El cáliz de nuestra acción de gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo?» (1 Cor 10, 16).

 

(JuanPablo II – Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo – 21 de junio1984)

miércoles, 18 de junio de 2025

Ante el fenómeno de la migración

 En nuestras sociedades, marcadas por el fenómeno global de la migración, es preciso buscar un justo equilibrio entre el respeto de la propia identidad y el reconocimiento de la ajena. En efecto, es necesario reconocer la legítima pluralidad de las culturas presentes en un país, en compatibilidad con la tutela del orden, del que dependen la paz social y la libertad de los ciudadanos.

En efecto, se deben excluir tanto los modelos asimilacionistas, que tienden a hacer que el otro sea una copia de sí, como los modelos de marginación de los inmigrantes, con actitudes que pueden llevar incluso a la práctica del apartheid. Es preciso seguir el camino de la auténtica integración (cf. Ecclesia in Europa, 102), con una perspectiva abierta, que evite considerar sólo las diferencias entre inmigrantes y autóctonos (cf. Mensaje para la Jornada mundial de la paz de 2001, n. 12).

martes, 17 de junio de 2025

Los jóvenes y el trabajo – formar personalidades

 

No basta "especializar" a los jóvenes trabajadores, o sea, hacerlos idóneos para el oficio y la específica capacitación que requieren las máquinas modernas y la técnica; no basta preparar técnicos, sino que es necesario formar personalidades. Esta formación no se agota con hacer del joven obrero un complemento inteligente ―pero subordinado― de su instrumento; sino que debe hacer de él un hombre completo, reflexivo, responsable, conocedor no sólo de las realidades mecánicas económicas y sociales, sino también de las morales y religiosas. El joven que trabaja toma la vida en serio, demuestra tener sentido del deber, conocer el valor del tiempo, de la fatiga y del dinero; hacer del trabajo no sólo una ley de vida, sino un principio de desarrollo personal y social. "El joven trabajador vale más que todo el oro del mundo": son palabras del cardenal Cardijn tan experto y benemérito en lo que se refiere a los jóvenes obreros.

(Juan Pablo II Angelus 13 de diciembre de 1981)  

lunes, 16 de junio de 2025

La libertad basada sobre la verdad

 

Jesucristo sale al encuentro del hombre de toda época, también de nuestra época, con las mismas palabras: «Conoceréis la verdad y la verdad os librará».82 Estas palabras encierran una exigencia fundamental y al mismo tiempo una advertencia: la exigencia de una relación honesta con respecto a la verdad, como condición de una auténtica libertad; y la advertencia, además, de que se evite cualquier libertad aparente, cualquier libertad superficial y unilateral, cualquier libertad que no profundiza en toda la verdad sobre el hombre y sobre el mundo.

También hoy, después de dos mil años, Cristo aparece a nosotros como Aquel que trae al hombre la libertad basada sobre la verdad, como Aquel que libera al hombre de lo que limita, disminuye y casi destruye esta libertad en sus mismas raíces, en el alma del hombre, en su corazón, en su conciencia. ¡Qué confirmación tan estupenda de lo que han dado y no cesan de dar aquellos que, gracias a Cristo y en Cristo, han alcanzado la verdadera libertad y la han manifestado hasta en condiciones de constricción exterior.

 (de la Carta Encíclica Redemptor Hominis, 12 del Papa Juan Pablo II)


sábado, 14 de junio de 2025

El Padre, el Espíritu y el Hijo

 

Vendrá la glorificación de la Pascua, y con ella también el don del Espíritu en Pentecostés, que Jesús anticipará a sus Apóstoles al atardecer del mismo día de su resurrección. Apareciéndose en el Cenáculo, soplará sobre ellos y les dirá: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20, 22).

 Así pues, el Padre y el Espíritu están unidos al Hijo en la hora suprema de la redención. Esto es lo que afirma san Pablo en una página muy luminosa de la carta a los Romanos, en la que evoca a la Trinidad precisamente en relación con la resurrección de Cristo y de todos nosotros: «Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros» (Rm 8, 11).

(de la Audiencia General delPapa Juan Pablo II – 10 de mayo 2000)

La Trinidad y la Iglesia

 

(…) toda la Trinidad está implicada en la irrupción del Espíritu Santo, derramado sobre la primera comunidad y sobre la Iglesia de todos los tiempos como sello de la nueva Alianza anunciada por los profetas (cf. Jr 31, 31-34; Ez 36, 24-27), como confirmación del testimonio y como fuente de unidad en la pluralidad. Con la fuerza del Espíritu Santo, los Apóstoles anuncian al Resucitado, y todos los creyentes, en la diversidad de sus lenguas y, por tanto, de sus culturas y vicisitudes históricas, profesan la única fe en el Señor, "anunciando las maravillas de Dios" (Hch 2, 11).

 

(de la Audiencia General del Papa Juan Pablo II31 de mayo 2000)

viernes, 13 de junio de 2025

El diálogo y la verdad evangelica

Hay que reafirmar que, por parte de la Iglesia y sus miembros, el diálogo, de cualquier forma se desarrolle —y son y pueden ser muy diversas, dado que el mismo concepto de diálogo tiene un valor analógico— , no podrá jamás partir de una actitud de indiferencia hacia la verdad, sino que debe ser más bien una presentación de la misma realizada de modo sereno y respetando la inteligencia y conciencia ajena. El diálogo de la reconciliación jamás podrá sustituir o atenuar el anuncio de la verdad evangélica, que tiene como finalidad concreta la conversión ante el pecado y la comunión con Cristo y la Iglesia, sino que deberá servir para su transmisión y puesta en práctica a través de los medios dejados por Cristo a la Iglesia para la pastoral de la reconciliación: la catequesis y la penitencia.

 

(de la  Exhortacion apostolica post sinodal Reconciiatio et Paenitentia del Papa  Juan Pablo II )

 


jueves, 12 de junio de 2025

La urgencia de la actividad misionera ante la « nueva humanidad » sin Dios

 

La urgencia de la actividad misionera brota de la radical novedad de vida, traída por Cristo y vivida por sus discípulos. Esta nueva vida es un don de Dios, y al hombre se le pide que lo acoja y desarrolle, si quiere realizarse según su vocación integral, en conformidad con Cristo. El Nuevo Testamento es un himno a la vida nueva para quien cree en Cristo y vive en su Iglesia. La salvación en Cristo, atestiguada y anunciada por la Iglesia, es autocomunicación de Dios: « Es el amor, que no sólo crea el bien, sino que hace participar en la misma vida de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. En efecto, el que ama desea darse a sí mismo ».9

Dios ofrece al hombre esta vida nueva: « ¿Se puede rechazar a Cristo y todo lo que él ha traído a la historia del hombre? Ciertamente es posible. El hombre es libre. El hombre puede decir no a Dios. El hombre puede decir no a Cristo. Pero sigue en pie la pregunta fundamental. ¿Es licito hacer esto? ¿Con qué fundamento es licito? ».10

 En el mundo moderno hay tendencia a reducir el hombre a una mera dimensión horizontal. Pero ¿en qué se convierte el hombre sin apertura al Absoluto? La respuesta se halla no sólo en la experiencia de cada hombre, sino también en la historia de la humanidad con la sangre derramada en nombre de ideologías y de regímenes políticos que han querido construir una « nueva humanidad » sin Dios.

 

(de la Carta Endciclica Redemptoris Missio sobre lapermanente validez del mandato misionero - del Papa Juan Pablo II)  

La muerte de la libertad

 

Reivindicar el derecho al aborto, al infanticidio, a la eutanasia, y reconocerlo legalmente, significa atribuir a la libertad humana un significado perverso e inicuo: el de un poder absoluto sobre los demás y contra los demás. Pero ésta es la muerte de la verdadera libertad: « En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo » (Jn 8, 34).

(Dela Carta Encíclica Enciclica Evangelium Vitae, 20 del Papa Juan Pablo II)

martes, 10 de junio de 2025

Los medios de comunicación social y la acción pastoral

 

Es fundamental para la eficacia de la nueva evangelización un profundo conocimiento de la cultura actual, en la cual los medios de comunicación social tienen gran influencia. Es por tanto indispensable conocer y usar estos medios, tanto en sus formas tradicionales como en las más recientes introducidas por el progreso tecnológico. Esta realidad requiere que se domine el lenguaje, naturaleza y características de dichos medios. Con el uso correcto y competente de los mismos se puede llevar a cabo una verdadera inculturación del Evangelio. Por otra parte, los mismos medios contribuyen a modelar la cultura y mentalidad de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, razón por la cual quienes trabajan en el campo de los medios de comunicación social han de ser destinatarios de una especial acción pastora

 

(Juan Pablo II Exhortacion apostolica postsinodal Ecclesia inAmerica)

Ante el avance de las sectas

 

Los avances proselitistas de las sectas y de los nuevos grupos religiosos en América no pueden contemplarse con indiferencia. Exigen de la Iglesia en este Continente un profundo estudio, que se ha de realizar en cada nación y también a nivel internacional, para descubrir los motivos por los que no pocos católicos abandonan la Iglesia. A la luz de sus conclusiones será oportuno hacer una revisión de los métodos pastorales empleados, de modo que cada Iglesia particular ofrezca a los fieles una atención religiosa más personalizada, consolide las estructuras de comunión y misión, y use las posibilidades evangelizadoras que ofrece una religiosidad popular purificada, a fin de hacer más viva la fe de todos los católicos en Jesucristo, por la oración y la meditación de la palabra de Dios.

(Juan Pablo II Exhortacion apostolica postsinodal Ecclesia in America)


El Espiritu Santo y el valor del silencio

 

Un aspecto que es preciso cultivar con más esmero en nuestras comunidades es la experiencia del silencio. Resulta necesario "para lograr la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo en los corazones y para unir más estrechamente la oración personal con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia" (Institutio generalis Liturgiae Horarum, 202). En una sociedad que vive de manera cada vez más frenética, a menudo aturdida por ruidos y dispersa en lo efímero, es vital redescubrir el valor del silencio.

(JuanPablo II Carta Apostólica Spiritus et Sponsa)

lunes, 9 de junio de 2025

Maria, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia

 

 “Nuestra Señora avanzó en el camino de la fe, siempre en unión con su Hijo. Le acompañó paso a paso, asociándose a él, alegrándose y sufriendo con El, amando siempre a los que El amaba. Después, Cristo subió de nuevo junto a su Padre. Y en los días que precedieron a Pentecostés, el grupo de los discípulos, Iglesia naciente, llenos de alegría y de fe por el triunfo de Cristo resucitado y ansiosos por el Espíritu Santo prometido, quieren sentirse muy unidos. Los encontramos en oración, "con María, Madre de Jesús" (Act 1, 14). Era la oración de una familia: de aquellos que el Señor había llamado para su intimidad, con la Madre, la cual "con su caridad cooperó para que nacieran en la Iglesia los fieles, miembros de aquella Cabeza, de la que Ella es efectivamente Madre según el cuerpo", como diría San Agustín (De Virginitate, 6: PL 40, 399).”

 

(Juan Pablo II homilía durante la Misa celebrada en la Basìlica de Nuestra Señora de Nazaret, en  Belém, Brasil el 8 de julio de 1980)

viernes, 6 de junio de 2025

Espiritu Santo « Señor y dador de vida »

 

La Iglesia profesa su fe en el Espíritu Santo que es « Señor y dador de vida ». Así lo profesa el Símbolo de la Fe, llamado nicenoconstantinopolitano por el nombre de los dos Concilios —Nicea (a. 325) y Constantinopla (a. 381)—, en los que fue formulado o promulgado. En ellos se añade también que el Espíritu Santo « habló por los profetas ». Son palabras que la Iglesia recibe de la fuente misma de su fe, Jesucristo. En efecto, según el Evangelio de Juan, el Espíritu Santo nos es dado con la nueva vida, como anuncia y promete Jesús el día grande de la fiesta de los Tabernáculos: « " Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que cree en mí ", como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva ».1 Y el evangelista explica: « Esto decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él ».2 Es el mismo símil del agua usado por Jesús en su coloquio con la Samaritana, cuando habla de una « fuente de agua que brota para la vida eterna »,3 y en el coloquio con Nicodemo, cuando anuncia la necesidad de un nuevo nacimiento « de agua y de Espíritu » para « entrar en el Reino de Dios ».4

(Juan Pablo II -  Inroduccion a la Carta Encíclica  Dominum et vivificantem sobre el Espiritu Santo en la vida de la Iglesia y del mundo)  

jueves, 5 de junio de 2025

El trabajo y la Rerum Novarum

 

Tras las huellas de la Encíclica Rerum Novarum y de muchos documentos sucesivos del Magisterio de la Iglesia se debe reconocer francamente que fue justificada, desde la óptica de la moral social, la reacción contra el sistema de injusticia y de daño, que pedía venganza al cielo,13 y que pesaba sobre el hombre del trabajo en aquel período de rápida industrialización. Esta situación estaba favorecida por el sistema socio-político liberal que, según sus premisas de economismo, reforzaba y aseguraba la iniciativa económica de los solos poseedores del capital, y no se preocupaba suficientemente de los derechos del hombre del trabajo, afirmando que el trabajo humano es solamente instrumento de producción, y que el capital es el fundamento, el factor eficiente, y el fin de la producción.

 

Juan Pablo II – Carta encíclica Laborem exercens)

EL trabajo dimensión fundamental de la existencia humana

 El trabajo es uno de estos aspectos, perenne y fundamental, siempre actual y que exige constantemente una renovada atención y un decidido testimonio. Porque surgen siempre nuevos interrogantes y problemas, nacen siempre nuevas esperanzas, pero nacen también temores y amenazas relacionadas con esta dimensión fundamental de la existencia humana, de la que la vida del hombre está hecha cada día, de la que deriva la propia dignidad específica y en la que a la vez está contenida la medida incesante de la fatiga humana, del sufrimiento y también del daño y de la injusticia que invaden profundamente la vida social dentro de cada Nación y a escala internacional.

 

martes, 3 de junio de 2025

La Iglesia vive de la Eucaristía

 

La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: « He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo » (Mt 28, 20); en la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una intensidad única. Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza.

 

(de la Introduccion a la  Encíclica  Ecclesiade Eucharistia de Juan Pablo II)

La Eucaristia: centro de la vida eclesial

 

Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial. Se puede observar esto ya desde las primeras imágenes de la Iglesia que nos ofrecen los Hechos de los Apóstoles: « Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones » (2, 42).La « fracción del pan » evoca la Eucaristía. 

 

(de la Introduccion a la  Encíclica  Ecclesiade Eucharistia de Juan Pablo II)